www.vivirsinestresniansiedad.com

Sobre la felicidad

Es israelí, se doctoró en neurobiología y pasó una temporada en Estados Unidos especializándose en estudiar el efecto del estrés en el cerebro a nivel molecular. En la actualidad dirige el Instituto de Ciencia Weizmann de Israel, uno de los organismos de investigación más prestigiosos del mundo, y un centro mixto que estudia enfermedades mentales relacionadas con el estrés del Weizmann y el Instituto Max Planck de Alemania.

De paso en Argentina solo por 48 horas para impartir su trabajo, Alon Chen revela en una entrevista con este medio cómo es que nuestra sociedad actual potencia la depresión, la ansiedad, la bulimia y otras enfermedades que aún no entendemos del todo y que llevamos tratando 50 años con los mismos fármacos, que no hacen efecto a uno de cada tres pacientes.

Lo más importante de esta respuesta al estrés no es activarse, sino apagarse a tiempo. Sin embargo, cuando no está bien controlada o regulada sabemos que está fuertemente asociada a una larga lista de trastornos”, resaltó.

Para él, estas enfermedades “son muchas y muy variadas; no son solo psiquiátricas, como la depresión, la ansiedad o los trastornos alimentarios, sino también del metabolismo, como la diabetes, la obesidad o dolencias del sistema inmune. Existen personas para las que su trabajo es fuente de estrés crónico o las que viven un trauma y desarrollan trastornos, mientras que hay otras que experimentan lo mismo y están sanas. Los científicos llevamos 100 años preguntándonos por qué la gente está enferma. Creo que es hora de preguntarnos por qué la mayoría de la población está sana. ¿Cómo hacen estas personas para resistir el estrés?”.

La primera de la afirmaciones del Dr. Enrique Rojas es que:

“El que no sabe lo que quiere, no puede ser feliz”

De hecho, todos estamos rodeados de ejemplos (quizá propios) de personas que tienen múltiples opciones tanto laborales como personales y, sin embargo, no son felices porque no son capaces de decidir dado que no saben lo que quieren. Ese estado de zozobra que genera angustia ante la necesidad de decidir sobre lo que no se tiene claridad es causa de insomnios, ansiedades y cambios erráticos con sus consecuentes pérdidas afectivas por el camino.

Sin duda, el primer paso en este difícil sendero de la felicidad es tener tan claro lo que uno quiere como lo que no quiere.
Y esto nos lleva inexorablemente a la necesidad de saber decir “no” para sumergirnos en lo que de verdad tiene sentido que sea “sí”.

Antonio Escohotado

"La forma más elevada de inteligencia es la capacidad de observar sin juzgar." Jiddu Krishnamurti

Marian Rojas

Las maravillas de la oxitocina para fortalecer las relaciones.